La palabra magia deriva del sánscrito “mag” o “maha”; en griego es “megas”; en latín es “magnus”, cuyo significado es “grande”.
En la antigüedad la palabra mago era un título honorífico que se les otorgaba a los poseedores de la ciencia y la sabiduría, quienes destinaban su conocimiento al servicio divino. Por ejemplo, los tres Reyes Magos eran sabios astrólogos de Oriente que decidieron seguir la luz de la estrella de Belén y llegaron para adorar al niño Jesús.
Hoy en día, la palabra mago
denota un charlatán, un impostor o farsante que tiene pactos con la oscuridad. Sin
embargo, “magia” es utilizar poderes invisibles para manifestar en el plano
físico beneficios tangibles, ya sea a través de potencias superiores (Seres de
Luz) o mediante fuerzas inferiores (Seres de la Oscuridad).
La magia se da con sólo el
pensamiento, ya que al pensar se emite una energía que es capaz de afectar el espíritu.
Con el pensamiento se crea, ya sea que seas consciente o no. El bien y el mal
lo hacemos nosotros, ya que lo pensamos, lo dirigimos y lo ponemos en marcha.
Existen tres tipos de magia:
1. Magia Blanca, mejor conocida como Magia Divina, la cual se emplea única y exclusivamente para brindar servicio ayudando a los demás. Este tipo de magia se realiza mediante pensamientos elevados, sentimientos de amor, palabras agradables, entrega devocional y actos de nobleza.
2. Magia Gris, es la que se encuentra a la misma vibración de quien la emite, ya sea a través del egoísmo o el materialismo positivista.
3. Magia Negra, se manifiesta con la negatividad total; es necromancia o evocación de los muertos, sortilegios o maleficios. Es todo aquello que obligue a seres de baja frecuencia a manipular energías para favorecer al practicante en perjuicio de otros, o bien, sin su consentimiento.
En ese sentido, la magia siempre
guardará relación con la intención de quien la realiza, dirigiendo su energía
para crear o destruir.
Cualquier tipo de hechizo, amarre
o ritual dirigido para atraer o dirigir la energía a una persona en específico,
bien, para hacer que alguien tome determinada decisión, aunque creas que es por
su bien o por que lo tiene merecido, es magia negra, ya que estamos
interfiriendo en su libre albedrío.
Esto no quiere decir que no
puedas atraer el amor, la salud, la prosperidad, el trabajo, etc., sólo quiere
decir que no debes ponerle nombre y apellidos, debes hacer una petición de
manera general, no en lo particular y siempre de manera positiva.
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